Postales de Mataró

¿Alguna vez has ido a un lugar y no te has querido marchar, tan bien has estado, tan agradable se ha mostrado la gente, tan bonito te ha parecido todo? Pues esta misma sensación es la que te inundará si visitas Mataró… La capital del Maresme atrae con sus playas, el legado romano y una ruta modernista repleta de tesoros.

1. El Mediterráneo en Mataró

En Mataró, el mar es una presencia apreciada y respetada por todo el mundo. Lo puedes comprobar en sus playas, especialmente las de Callao y el Varador, certificadas con la Q de Calidad Turística y unos chiringuitos de estética muy cuidada que son perfectos para refugiarse del sol. También en el Paseo Marítimo, con algunas casitas de pescadores que se mantienen en pie desde el siglo XIX. En los muelles del puerto, donde varios restaurantes ofrecen las delicias gastronómicas locales, como los guisantes con sepia y patatas. En la pradera de posidonia que se preserva a poca distancia de la costa, intocable y orgullosa de su extensión. Y sobre todo en la ermita de San Simón, una pequeña iglesia que, desde el siglo XVI, es el lugar de devoción preferido por las gente de mar de la región.

2. Iluro, la Mataró romana

Una vez visitada la ermita, ¿qué te parece si haces un viaje al pasado? Recorre sin prisas el Camino Real en dirección oeste y llégate hasta la Villa Romana de Torre Llauder: allí encontrarás uno de los yacimientos arqueológicos más notables del país, los restos de una casa señorial construida en época de Augusto, a finales del siglo I a.C., con preciosos mosaicos revistiendo el pavimento. Si te interesa el tema, puedes profundizar tus conocimientos en el Museo de Mataró, ya que su exposición permanente muestra otros vestigios de la ciudad de Iluro y te puedes apuntar a alguna de las rutas guiadas por el patrimonio romano que se organizan regularmente.

3. Mataró, ciudad desde 1702

Y ahora que estás en el Museo de Mataró, aprovecha para conocer la historia de la capital del Maresme desde los tiempos medievales hasta la actualidad: te ayudará a entender por qué se convirtió en una de las poblaciones más importantes de Cataluña durante los siglos XVII y XVIII. A continuación, prosigue tu visita a cielo abierto, ya que paseando por el centro de la ciudad podrás descubrir un montón de detalles arquitectónicos de época barroca que se esconden en fachadas, plazas y calles. A la Basílica de Santa María,entra sí o sí: los frescos de la capilla de los Dolores son obra de Antoni Viladomat, el pintor catalán más importante del siglo XVIII.  

4. Ruta modernista en Mataró

Además del barroco, el modernismo es el otro movimiento artístico que ha dejado una marca más visible en Mataró. La encuentras en la larga lista de edificios que proyectó el arquitecto Josep Puig i Cadafalch (en especial la Casa Coll i Regàs, en la calle de Argentona, 55), y también en la Cooperativa la Obrera Mataronense, más conocida como la Nau Gaudí. La primera obra de Antoni Gaudí es hoy la sede de la Colección Bassat de Arte Contemporáneo, pero en 1878 era el espacio donde se blanqueaba el algodón de la cooperativa, y su austera modernidad seguro que te sorprende.  


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