Can Garriga

Junto a la iglesia de origen románico de este pueblecito situado a los pies del Montseny, hallamos lo que primero fue una fonda y luego se convirtió en restaurante. Pero de esto hace ya más de cincuenta años. En él es posible saborear la cocina tradicional con platos como el milhojas de patata confitada y butifarra de perol, el carpaccio de ceps con su ensalada y vinagreta de trufas, el bacalao gratinado con langostinos, el rustido de payés con farcellets de mel i mató, la ternera guisada con setas, los pies de cerdo con sepia y cigalas o las carnes a la brasa, todo ello acompañado de una magnífica coca untada con tomate. Hay que reservar un espacio para los postres, que conjugan lo tradicional con lo creativo, y que se sirven siempre acompañados de un porroncito de moscatel. La carta de vinos es interesante, sobre todo la de tintos, con caldos de las denominaciones de origen Costers del Segre, Penedès, Navarra, Ribera del Duero, Toro, Cigales y Somontano.
Precio medio
Bajo
Situación
Urbano
Servicios
Terraza

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