Descubre todas las actividades turísticas que puedes realizar en los pueblos y las ciudades de las comarcas de Barcelona. ¡Hay tantas propuestas que no te las acabarás! ¿A qué esperas para empezar a viajar?
El Camino de los Hombres Buenos permite rememorar a lo largo de 190 kilómetros los senderos que usaron los cátaros occitanos para huir de la Inquisición durante los siglos XIII y XIV. Eran perseguidos por pronunciarse en contra de la corrupta, autoritaria y ostentosa Iglesia Católica de la época, y practicar un cristianismo austero y sencillo, basado en una espiritualidad centrada en la naturaleza.
La ruta que siguieron consta hoy de una decena de etapas que se pueden recorrer en 9 o 10 días. Pero si sólo dispones de un fin de semana, puedes empezar cubriendo dos de los tramos más interesantes de la ruta: los que enlazan Berga con Bagà, pasando por Gósol. El itinerario está bien señalizado y conecta espacios naturales de gran belleza.
La mañana de tu llegada, pasea por la parte antigua de Berga y descubre las calles y los patios medievales, el barrio judío y el único portal que queda de las antiguas murallas. A continuación, visita el santuario de Queralt, situado a una altura de 1.200 metros, y descansa un rato disfrutando del paisaje. Desde allí, si sigues las indicaciones, llegarás a Peguera, un antiguo pueblo minero abandonado donde deberías conseguir que alguien te lleve en coche hasta Gósol. De lo contrario, no tendrás tiempo de contemplar los restos del poblado medieval, el castillo y el Centro Picasso.
El día siguiente deberías retomar el GR-107, bordear las laderas meridionales del Cadí y pararte a disfrutar de la espectacular visión de la pared norte del Pedraforca. Cuando llegues al cuello de la Bena te iría bien el apoyo de un vehículo que te acerque a Bagà. En la capital histórica del Alt Berguedà encontrarás el Centro Medieval y de Interpretación del Catarismo, donde te explicarán el vínculo de los cátaros con estas tierras.
Antes de regresar a casa, no te olvides de probar alguna receta medieval recuperada por los restaurantes de la villa: ¡la cocina de los cátaros era sencilla, pero muy especial!