La historia fluye por el río: los molinos papeleros y el pasado industrial del Anoia

El Anoia es tierra de agua e historias. Desde hace siglos, el río ha sido el alma que ha hecho girar ruedas, mover máquinas y dar vida a oficios que aún hoy nos cuentan cómo se trabajaba. Siguiendo la Vía Blava, encontrarás pueblos y rincones donde el pasado industrial sigue vivo: antiguos molinos papeleros, colonias fabriles, curtidurías y museos que te harán viajar en el tiempo.

1. El barrio del Rec de Igualada: piel, agua y memoria

A orillas del río, el barrio del Rec es uno de los conjuntos industriales históricos más singulares de Europa. Sus curtidurías, muchas de ellas aún en funcionamiento, se alimentaban del agua del canal del Rec para transformar las pieles en cuero. Paseando por sus estrechas calles, sentirás la esencia de un oficio que ha marcado la identidad igualadina.

No te pierdas el Museo de la Piel de Igualada, con exposiciones y talleres familiares que explican tanto el trabajo artesanal como la innovación textil y del cuero.

Más información sobre el Museo de la Piel


 

2. Capellades y el Molí Paperer

A orillas del arroyo del Carme, el Molí Paperer de Capellades es una joya viva del patrimonio industrial catalán. Aquí se fabricaba el papel a mano que viajaba por todo el mundo, aprovechando el agua de la fuente de la Vila, un caudal constante y abundante. Hoy, el museo te ofrece un viaje fascinante a la historia del papel, con demostraciones reales en las que podrás hacer tu propia hoja de papel como se hacía en el siglo XVIII.

Museo Molí Paperer de Capellades

3. Rutas para seguir el hilo del agua

Si te animas a combinar historia y naturaleza, la Vía Blava es tu hilo conductor. Puedes hacer tramos cortos a pie o en bicicleta, uniendo Igualada con Capellades y descubriendo antiguos molinos a lo largo del camino. El sonido del río te guiará hasta los restos de fábricas y canales que aún cuentan, en silencio, siglos de trabajo e ingenio.


 

4. Los otros guardianes de la memoria

Siguiendo el curso de la Vía Blava, encontrarás molinos que, aunque no estén museificados, forman parte imprescindible de la historia industrial del Anoia:

  • Molino del Boix (Òdena) – situado en un entorno tranquilo, este antiguo molino papelero conserva buena parte de su estructura original y recuerda el esplendor de la industria del papel en la zona.
  • Molino de Rigat (Vilanova del Camí) – testimonio del trabajo artesanal y familiar que dio vida a muchas comunidades locales, aprovechando el paso del río Anoia.
  • Molino de la Boixera (Capellades) – Otro punto histórico vinculado al mundo del papel, que ayuda a comprender cómo el río era la fuente de energía y de vida económica.

Paseando o pedaleando por estos tramos, podrás imaginar el sonido constante del agua moviendo las ruedas hidráulicas y el frenético movimiento de los talleres.


 

5. Un capítulo vivo del Anoia

Este legado industrial no es solo patrimonio, es identidad. En el Anoia, el agua ha sido creadora de riqueza, de oficios y de cultura. Hoy, paseando por el barrio del Rec o escuchando las ruedas del Molí Paperer, puedes sentir cómo la historia sigue fluyendo... como el río que lo ha hecho posible.