Las mil y una maravillas del Llobregat
Naturaleza pirenaica, pueblecitos encantadores, hasta quince colonias textiles y un delta como un oasis, donde las aves tranquilas conviven a pocos metros de distancia de los aviones. ¿Qué une todas estas características? ¡El camino del Llobregat! Un sendero de gran recorrido, habilitado y señalizado a lo largo de sus 170 kilómetros de distancia, que puedes recorrer a pie o en bicicleta, solo o acompañado, haga frío o calor. En definitiva, un itinerario para disfrutar de uno de los ríos más importantes de Cataluña de la manera que más te guste. A continuación, te proponemos algunos de los mejores tramos para visitar.
1. Castellar de N'Hug: las fuentes
El nacimiento siempre es un momento especial, único en todos los sentidos. En el norte del Berguedà, recogiendo las aguas que bajan de las montañas de Tosses, se encuentra uno de los puntos más espectaculares del Llobregat, sus fuentes, punto de inicio del río y también de la ruta. Castellar de n'Hug, el pueblo que acoge esta maravilla, parece salido de una postal. Además, aquí la caminata será muy suave, ideal si quieres disfrutar de un entorno inédito sin complicaciones, o bien si vienes con niños, que sin lugar a duda quedarán boquiabiertos viendo como la roca, literalmente, escupe el agua que brota río abajo.
Si te has quedado con ganas de más, puedes empezar a seguir el curso del río montaña abajo, o bien hacer el trayecto inverso y acabar en las fuentes. En cualquier caso, el tramo de 21 kilómetros que conecta Castellar de n'Hug con Guardiola de Berguedà –pasando por La Pobla de Lillet– se caracteriza por su paisaje verde y frondoso, donde el río, todavía joven, corre veloz saltando entre las piedras.
2. El Puente del Pedret y Cal Rosal
A pie o en bicicleta, este es un tramo del Llobregat que no te quieres perder de ninguna forma. La Vía Verde, habilitada desde hace años, transcurre plácidamente por el borde del río, siguiendo un camino ancho y bien arreglado, donde la sombra de los árboles y la frescura que llega del agua te darán ganas de pasear. Además de la ruta, que puedes alargar más o menos en función de las ganas que tengas, merece especialmente la pena visitar el Monasterio de Sant Quirze de Pedret.
Otra visita obligada, si transitas esta zona en otoño, es Cal Rosal. Esta antigua colonia textil, que fue la primera de Cataluña en aprovechar las aguas del Llobregat para hacer funcionar su maquinaria, aloja ahora el mercado de las setas, un lugar donde, además de los famosos níscalos del Berguedà, puedes encontrar embutidos, pan, miel, quesos y ¡otros muchos productos locales para lamerte los dedos!
3. Montserrat y Sant Benet del Bages
Llegados ya a la zona industrial de lo que algunos han denominado "el río trabajador", puedes encontrar un tramo de ruta que prácticamente toca la ciudad de Manresa. Aquí, los saltos de agua se combinan con las vistas a la montaña mágica de Montserrat para ofrecerte un espectáculo natural inesperado, si tenemos en cuenta la zona donde nos encontramos. De Navarcles a Castellbell i el Vilar, una distancia de 28 kilómetros te deleitará con algunas sorpresas muy especiales. La primera de todas es el Pont Vell de Navarcles, a través del cual iniciarás el camino siguiendo el Canal de la Mina.
Otra de las maravillas, en este caso histórica, de este tramo del Llobregat es la Séquia de Manresa, un canal de regadío construido en el siglo XIV que todavía hoy sirve para abastecer de agua la capital del Bages y algunos de los municipios adyacentes. Gracias al parque de la Séquia, la institución encargada de gestionar el entorno de esta obra de ingeniería medieval, podrás descubrir la importancia del agua para el desarrollo humano a través de diferentes rutas, actividades didácticas, museos y muchas propuestas más.
Un poco más abajo, encontrarás la gran joya de este tramo de camino: el Monasterio de Sant Benet del Bages, una abadía benedictina que fecha del siglo XII y que ha sido declarada bien cultural de interés nacional. En su fachada e interior puedes encontrar un repaso de la historia del arte, con elementos que van del románico hasta el modernismo, pasando por el renacimiento y el barroco. Alrededor de este edificio único, puedes disfrutar de una infinidad de propuestas de la mano del espacio Món Sant Benet: visitas guiadas al monasterio, actividades familiares, tres restaurantes y un hotel de cuatro estrellas donde alojarte son algunas de las experiencias que nos ofrece este entorno privilegiado.
4. El Delta del Llobregat
A escasos diez kilómetros de Barcelona, el Llobregat desemboca finalmente en el Mediterráneo, formando el segundo delta más importante de Cataluña. En este espacio natural protegido encontrarás el último tramo del camino que se había iniciado en los Pirineos, que aquí transita entre cañares, canales y muchos pájaros. Si te apetece hacer una buena caminata o bien quieres recorrer este tramo en bicicleta, puedes salir de Sant Boi de Llobregat, desde donde te esperan 16 kilómetros hasta llegar al mar. Aun así, el tramo más especial arranca una vez superada la localidad del Prat de Llobregat, cuando entras en la zona propiamente del Delta. Aquí, los campos de cultivo se combinan con una gran variedad biológica concentrada sobre todo en los humedales y lagunas que puedes encontrar a lo largo del camino. Para los amantes de los pájaros, cabe hacer especial mención a algunas de las especies que podrán observar en este espacio: el ánade real, las curiosas cigüeñuelas son algunas de las más conocidas, además, si tienes suerte, también podrás ver alguna garcilla cangrejera o la espectacular garza imperial, con su pico alargado de colores deslumbrantes.
Finalmente, cuando llegues a la playa, podrás disfrutar de las dunas naturales donde se han fijado los pinares marítimos, así como también del Mirador del Semàfor Roig, un edificio de finales del siglo XIX que se utilizaba para controlar el tráfico marítimo y que hoy en día, además de su característica y fotogénica figura, representa el punto final del camino del Llobregat.
Si bien has podido ver que muchos tramos del camino del Llobregat ya se pueden recorrer a pie o en bicicleta, pronto podrás disfrutar de muchos más kilómetros de camino gracias al proyecto Vies Blaves, a través del cual se prevé conectar unos sesenta municipios de las comarcas barcelonesas siguiendo el caudal de los ríos Llobregat, Anoia y Cardener.
Más información:
Fuentes del Llobregat De Castellar de n’Hug a Guardiola de Berguedà
Monasterio de Sant Quirze de Pedret
De Sant Jordi de Cercs a Gironella
De Navarcles a Castellbell i el Vilar
Monasterior de Sant Benet de Bages
De Sant Boi al Delta del Llobregat
Delta del Llobregat
Vies Blaves