Whitman Restaurant

Uno de los mejores poetas estadounidenses del siglo XX ha servido de fuente de inspiración de este restaurante, un establecimiento en el que se mezclan conceptos nuevos y antiguos en un ambiente que recuerda a la ciudad de Nueva York. En un local de 190 metros cuadrados proyectado por el interiorista Raimon Parera se dan cita, pues, Manhattan y Walt Whitman. En la entrada se encuentra un espacio de entretenimiento para tomar una copa donde hay una pantalla gigante, sofás y una mesa de billar. La cocina se elabora con la mejor materia prima y se trabaja con mucho esmero. La carta se divide en platos para picar o compartir, entrantes y platos principales. Entre los primeros, la piruleta de langostinos crujientes, la terrina de pulpo con butifarra negra o el manjar blanco con tartar de gambas son algunos ejemplos. Como entrantes, ofrecen diferentes clases de ensaladas; el milhojas de foie, mango y vinagreta de fresas, o el risotto de bacalao, pil-pil de calamar y ajo frito. Algunas de las propuestas gastronómicas de los platos principales son el rape con textura de romesco y triángulo de sésamo; el bacalao confitado en aceite de frambuesa, caldo de vainilla y agridulce de manzana; el salmón con chalotas, grosella negra y eucalipto; la dorada de corte con textura de puerros; la pularda de Bresse con chocolate y frambuesas; el entrecot con cuatro confituras y flor de patata, o el cochinillo al horno lacado con miel de romero. Los postres, igualmente sugerentes, siguen la línea de la carta. También cuenta con un buen surtido de vinos nacionales e internacionales.
Precio medio
Medio

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