Cuando Cal Mingo abrió sus puertas en Viladecans en 1998, ya contaba con diez años de experiencia en Castelldefels. La cocina de mercado y tradicional da vida a un local con una extensa carta en la que también se ofrecen propuestas innovadoras de temporada. El bacalao y los arroces son algunas de las grandes especialidades de la casa.

Si alguien quisiera explicar qué es un proyecto vital en familia, a buen seguro podría recurrir a la historia de este hotel-restaurante. Todo lo que llega a la mesa lo ha producido la misma familia en su propiedad. 

Una masía de 1620 en pleno Parque Natural del Montseny acoge una oferta culinaria basada en guisos, brasa y pescado y que, además, cuenta también con un hotel. Las cocas de recapte elaboradas al momento y al gusto coronan una oferta de cocina de siempre en la que también destacan los postres.

En Sant Martí Sarroca, en un edificio que había sido una antigua escuela, se encuentra Cal Recolons, un restaurante que ofrece cocina tradicional. Se pueden degustar platos típicos de la zona como xató o tradicionales como espalda de lechal rellena al horno. Raciones abundantes que también se pueden disfrutar en la terraza.

Restaurante de cocina vegetariana basada en la gastronomía catalana, con algunas propuestas internacionales. Se trata de un establecimiento moderno, de ambiente familiar y acogedor, que dispone de tres espacios incluyendo una terraza con vistas a la montaña de Montserrat.

A muy pocos metros de la Sagrada Familia, y en un tranquilo pasaje, se encuentra La Taquería, un pequeño restaurante especializado en cocina mexicana. De ambiente alegre e informal, cuenta con una buena carta de los platos más tradicionales.

Fiel a su filosofía de ofrecer una comida excelente y perpetuar la tradición de las magníficas fondas de antaño, el restaurante Bilbao practica una cocina de mercado con carácter propio y gran profesionalidad. Recupera sabores de toda la vida y hacen sentir el comenzal como en casa.

El restaurante Can Poal ofrece una cocina de mercado elaborada con prodcutos de proximidad y de temporada. Destacan platos como el calabacín relleno con brandada de bacalao y olivada, los mejillones del Delta tibios con mayonesa de finas hierbas o los canelones de pollo rustido con bechamel y "crumble" de parmesano, entre otros. 

La pizzería de Piero y Annarita es familiar y se encuentra en el puerto del Masnou. El local es agradable y la nueva decoración de las paredes se basa en fotografías de pueblos italianos, la barra es el casco de un barco de pescadores y dispone de una gran y acogedora terraza cubierta durante todo el año. Ofrecen pizzas artesanas de pasta muy fina, pasta de elaboración propia y cocina mediterránea (pescado, carne y ensaladas), y también un menú de mediodía.

Este histórico restaurante del barrio del Raval ofrece alta cocina catalana con toques modernos y basada en productos de temporada. Los postres tienen una merecida fama y disponen de una extensa bodega. Tienen servicio a domicilio de algunos de sus platos.