Ubicado en Vilanova del Camí, el asador Los Gemelos está especializado en carnes a la brasa, pero también ofrece unas tapas excelentes. El servicio es profesional y amable. También existe la posibilidad de comer en la terraza.

El Sol está ubicado en una vieja casa restaurada en el centro de Sant Martí de Tous. Con un ambiente familiar, la carta ofrece cocina tradicional catalana debidamente actualizada. Además de comidas y cenas, se sirven desayunos de tenedor.

Las antiguas bodegas de una masía, debidamente restauradas, es el espacio que ocupa el restaurante Can Fosalba. Con una chimenea donde se cocina carne a la brasa, ofrece una cocina casera. Un personal amigable consigue crear un ambiente de lo más agradable.

Ubicado en los porches de la plaza de Barcelona 92, el restaurante La Cuina del Mercat tiene una terraza y una cocina que ofrece tanto recetas típicas catalanas como platos vegetarianos. Los postres y el servicio, ambos excelentes, lo convierten en una magnífica opción.

Este negocio familiar está en funcionamiento desde 1979. Ofrece dos salas, con capacidad de hasta 500 personas, y está especializado en todo tipo de eventos. Aparte de la comida pensada para cada ocasión, también ofrece espectáculos.

En Cal Cuiner se encuentra una cocina basada en productos de la tierra. Con el chef Raúl Generelo al frente, se hacen propuestas novedosas inspiradas en las recetas tradicionales de la cocina catalana y vasca. Toda una experiencia culinaria.

Rodeado de viñas, el restaurante de la Fonda Can Parellada ofrece desde su terraza unas visitas incomparables de la montaña de Montserrat. Dando prioridad a productos de temporada, combina recetas de toda la vida con nuevas versiones de las mismas.

El nombre del local proviene de su plato estrella que, con el nombre de la pala, es un estofado de diferentes carnes acompañadas con verduras y especias. Sin embargo, en La Pala se pueden probar muchos otros platos caseros, y siempre de buena calidad.

Pensado como parada para los pelegrinos que van de camino a Santiago de Compostela, el alberge de Sant Jaume también ofrece servicio de restaurante. Hay que hacer reserva previa, y se sirve una cocina casera a unos precios más que razonables.

Can Pantomènia permite gozar de distintas experiencias culinarias. En su carta descubrimos platos que son capaces de aportar novedades a los platos tradicionales. También ofrece la posibilidad de realizar una cata de productos de proximidad con un maridaje de vinos.