Freixenet

Freixenet es la primera empresa mundial en lo que se refiere al volumen de producción de cava de calidad elaborado con el método tradicional. Su historia se remonta a 1861, cuando Josep Sala i Ferrés fundó Casa Sala, la primera marca exportadora de Sant Sadurní d'Anoia y precursora de la bodega actual, que se ubica en un magnífico edificio de estilo modernista construido en el año 1927 por el arquitecto Josep Ros i Ros en el corazón de la comarca del Alt Penedès.Actualmente Freixenet elabora cien millones de botellas anuales, entre las cuales están el cava que se ha convertido en una de las marcas estrella de la casa, el Carta Nevada, y el cava líder en exportación, Cordón Negro, presente en las mesas de 140 países. Asimismo, Grupo Freixenet cuenta con dieciocho bodegas repartidas por regiones vitivinícolas españolas y extranjeras (en California y en Australia). A pesar de la expansión, sigue siendo un negocio familiar en el que conviven tres generaciones. Los cavas Freixenet se elaboran a partir de las cepas plantadas en unas 350 hectáreas de viña que se extienden por la región del Penedès, y del vino a granel que compran a otras bodegas de la zona. Así completan un repertorio de variedades que va desde las blancas macabeo, xarel·lo, parellada y malvasía, hasta las tintas trepat, monastrell o pinot noir. La historia, la técnica y la tradición de Freixenet se repasan durante la visita a la bodega de Sant Sadurní d'Anoia a lo largo de un itinerario guiado de unos noventa minutos de duración que permite ver el proceso de elaboración del cava. El recorrido empieza con un vídeo sobre la historia familiar de Freixenet y sus orígenes en el mundo vinícola. Durante la proyección también se pueden ver algunos ejemplos de la publicidad televisiva que ha hecho la marca año tras año coincidiendo con las vacaciones de Navidad, hasta convertirse en un importante referente para el gran público.Durante la segunda parte del itinerario se visitan las partes más antiguas de la empresa: la sala de barricas, los diferentes pisos de las cavas y la gruta de roca donde descansan las botellas arrimadas o en pupitres. El guía también explica el método tradicional, importado de la región francesa de la Champanya, que se sigue en la elaboración del cava y las diferencias entre las labores que se realizaban en el año 1914, cuando Freixenet empezó en el negocio de los espumosos, y actualmente.A continuación, los visitantes pueden subir a un trenecito que lleva desde la parte más antigua al resto de instalaciones de la planta de Freixenet. Se trata casi de un viaje en el tiempo por el mundo del cava que permite ver las diferencias entre la maquinaria del pasado y la contemporánea, y entender cómo conviven la tradición y la innovación. Una degustación de cava pone el punto final.Se tiene que reservar la cita a través de la página web de las cavas, donde se ofrece también la posibilidad de realizar visitas personalizadas para familias con niños o para grupos de hasta veinte personas. Se puede escoger entre la posibilidad de acompañar la degustación final con un surtido de embutidos y quesos de la zona o recibir un obsequio final.

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