Puente de la Pobla

El crecimiento de la población de La Pobla de Claramunt a ambos lados del río Anoia y la llegada del ferrocarril, a finales del siglo XIX, hicieron evidente que era necesario un puente hecho de obra, en el centro de la población, que sustituyera o complementara las pasarelas existentes, por donde el paso de personas y mercancías era lento y no siempre seguro.

En 1913 el alcalde expuso la necesidad de construir este puente, dado que durante el invierno el pueblo quedaba incomunicado de la vía del ferrocarril, y sugirió la construcción de un puente de hormigón armado. Después de muchas vicisitudes (a modo de ejemplo, la primera piedra se puso en 1925 en un lugar diferente a la ubicación definitiva del puente, dado que una riada en 1926 puso en evidencia que era necesario hacer un cambio de ubicación), la obra de ingeniería se terminó y se inauguró en 1930. Se abrió a la circulación en diciembre del mismo año.

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