Además del gall (gallo) del Penedès, existe en Cataluña otra variedad autóctona de gallo, el gall del Prat, también conocido como el gall potablava (gallo pata azul), que es uno de los signos de identidad de la ciudad.

Ya los egipcios disfrutaban de la sabrosa carne de esta ave, la pintada, procedente de África, concretamente de Guinea.

Parece que la patata del bufet tiene su origen en una variedad que se acostumbra a cultivar en la Bretaña francesa, la Institut Beauvais.

De entre todas las recetas que constituyen la repostería tradicional de Cataluña, destacan las neules (barquillos).

La judía del ganxet es única en el mundo porque se cultiva únicamente en una pequeña zona de Cataluña, la que comprende las comarcas del Maresme y el Vallès Oriental y Occidental.

El requesón, también llamado mató, brull o brolla, es un queso fresco muy popular en Cataluña. De hecho, es uno de los productos artesanales más consumidos en el país.

La malvasía de Sitges es un vino dulce típico de esta población de la costa catalana. Se elabora con una variedad de uva de cepa blanca originaria de Grecia.

El cultivo de la fresa en la comarca del Maresme se ha beneficiado, en especial en la parte montañosa, de su proximidad con el mar y de un microclima idóneo.

La longaniza de Vic es uno de los embutidos más característicos de Cataluña y, sobre todo, uno de los más conocidos en todo el mundo a raíz de la Exposición Internacional de París de 1857.

Además del gall (gallo) del Penedès, existe en Cataluña otra variedad autóctona de gallo, el gall del Prat. También conocido como el gall potablava (gallo pata azul), es uno de los símbolos de la ciudad.